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Cruzada contra el tabaco

Hace ya unas cuantas semanas que está vigente la ley foral antitabaco que establece como norma general la prohibición de fumar en los centros universitarios. Eso sí, la ley permitía habilitar zonas para fumadores, aunque tanto la Universidad Pública de Navarra como la Universidad de Navarra decidieron no hacerlo. Antes ya se tomaron otras medidas, como no comercializar el tabaco o habilitar un espacio para fumadores, pero quizá esto sea demasiado. El respeto al no fumador es importantísimo y prioritario por cuestiones de salud, pero debe haber un equilibrio entre el respeto a unos y a otros.

En televisión, sobre todo en programas como Gran Hermano, se están llevando a cabo diversas campañas contra este hábito tan perjudicial. Sin embargo, este tipo de iniciativas son tan insistentes que pueden perder su efecto. Está comprobado que la única forma de dejar de fumar es la propia voluntad de cada cual, por lo que este tipo de campañas televisivas o las medidas legales se están convirtiendo en un acoso que cansa tanto a fumadores como a no fumadores.

En otro tiempo, quizá resultaba más necesaria esta labor, ya que los fumadores no contaban con los medios y las ayudas que hoy existen. Pero hoy en día tenemos la suficiente información a nuestro alcance para saber de sobra que el tabaco mata. La última encuesta realizada por el Departamento de Salud navarro revelaba que el consumo había descendido desde 1999 en más de un 6%. Esto demuestra que la sola información hace que mucha gente se decida por sí misma a dejar de fumar, sin necesitar que nadie le lleve de la mano. En cierto modo este acoso que algunos han definido como “marginación al fumador” puede atentar contra la inteligencia del que fuma, pues ya es consciente de que está exponiéndose a enfermedades graves.

Ahora, aquellos que les puede más el frío de Pamplona que el "vicio" han reducido su consumo por no salir a la calle a fumarse un pitillo. Sin embargo, esto no significa que al salir del edificio no vayan a seguir fumando y no lo harán hasta que su propia conciencia sea la que se lo dicte. En último término, la decisión está en sus manos y lo único que se puede hacer es animarlos en un plano personal. La ayuda médica y la información están a su disposición.

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