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En Pamplon@

Vidas Tuning

Ahí están, pasivos, de pie ante el maletero de un coche, como si lo adorasen. De él sale una estruendosa música que se escucha alrededor de toda la manzana. Son ellos, los seguidores de la denominada cultura tuning, algo que muchos incluso consideran un arte, un estilo de vida. Se trata de esas personas que dedican gran parte de su tiempo libre a decorar sus coches con llamativos colores, retrovisores plateados, bajos de metal que rozan el suelo y, por supuesto, un potentísimo equipo de música que pone banda sonora a esa especie de nave espacial en la que se convierte el vehículo.

Me asomo a la ventana, acudiendo a la inevitable llamada de sus bocinas, y los observo. No se miran entre ellos, tampoco hablan, sólo contemplan con atención el maletero. Tengo entendido que es ahí donde algunos colocan el equipo sonoro. Y sigo mirándolos desde un séptimo piso, donde yo vivo y donde los escucho tarde tras tarde. Todos los días sin excepción se reúnen en la misma plaza a realizar su peculiar ritual.

La curiosidad me hace investigar sobre el tuning y averiguo que se trata de un movimiento muy extendido y que, concretamente en Pamplona, este año se ha celebrado el V Tuning Show de la ciudad, donde acuden personas de muy diversos puntos de nuestra geografía e incluso de más allá de nuestras fronteras para compartir esta afición.

Al día siguiente, vuelvo a escuchar su música, mientras vibran los cristales de mi ventana, y algún que otro improperio por parte de los vecinos del bloque. Llegan dos chicas y saludan al grupo, pero su conversación no dura mucho y, enseguida se unen a los demás en el paradójico silencio que guardan, sumidos en el ruido que provocan. Quizá desconectar todos los días en ese rito ensordecedor les ayude a ser un poco más felices, quizá de esa forma reflexionan profundamente sobre su existencia… o quizá no sea así. Pero, por más que intento la empatía, sus rostros inexpresivos y su mirada perdida en la profundidad del maletero me parecen algo vacíos, posiblemente por mi ignorancia hacia el tema.

La tarde llega a su fin y los alborotadores silenciosos abandonan su lugar de encuentro. El asistente imprescindible de la reunión (es decir, el dueño del coche) arranca su motor y se va. Los demás se van marchando poco a poco, ya no hay nada que hacer allí. Saben, como todos los que vivimos a su alrededor, que mañana a la misma hora se repetirá la sesión.

4 comentarios

Richi -

¡Ke pasa con el movimiento tunning! Esto es intolerancia tio. El movimiento tunning es un arte, a ver si os enterais ya. No sabeis respetar el hecho de que una persona se dedica en cuerpo y alma a reestructurar un coche para convertirlo en un fiel reflejo de su alma. Lo único que pretendemos es mostrarnos a la gente como unos seres humanos más. Diferentes, sí, pero seres humanos después de todo. Pero esta sociedad cínica e hipócrita no soporta lo diferente y carga contra ello. Ruido, vandalismo, destrozo, juventud perdida... Es una muestra de las palabras que tenemos que soportar. ¿Alguna vez os habeis molestado en conocernos, en entendernos? Descubrirías a un grupo de personas con SENTIMIENTOS que sólo buscan aceptación, o al menos respeto.
P.D. El Bacalao no ha muerto.

Anónimo -

Tristemente de traficar. De repente ves a alguien que no trabaja con un Audi A3. Después ves a su padre con un coche que se cae a pedazos. Sospechoso.

Pulitzer -

¿Qué misterio encierra el maletero de ese coche?¿Por qué hace enmudecer a todos los presentes?¿Quién soy?¿Adónde voy? ¿A qué huelen las nubes?... jajaja
Estos del tunnig, con todos mis respetos, están un poco grillaos. Lo único que no entiendo es: Si la economía va tan mal, si los jóvenes tienen sueldos basura, si las horas de trabajo no te dejan tiempo para la vida social, si comprarse piso es meterse en una deuda para 40 años, si cambiarse de coche parece casi imposible, y, si además, sube el petróleo ¿DE DÓNDE COÑO SACAN EL DINERO PARA PONERSE EL COCHE COMO UNA NAVE ESPACIAL?
Ala maña, besicos.

Afectado -

La verdad es que es impresionante este fenómeno. Luego son las típicas personas a las que se les llena la boca con la palabra libertad, porque la confunden con el libertinaje. Estoy seguro de que nunca se colocan debajo de su casa, mientras su madre hace la cena. Hay que respetar un poco a los demás, divertirse no debe estar reñido con molestar a los demás.
Salud y abrazos.